jueves, 26 de enero de 2012

Dolor!!


Entrada en Boxes

No sabía cómo titular esta entrada. Han pasado cinco días desde la celebración del Cto. de España de Triatlón de Invierno, y lo único que sigo sintiendo con claridad es el dolor de piernas. Hacer un análisis de lo que pasó durante la prueba me ha costado mucho. Mucho más que otras veces. Mucho más por culpa de la pereza que provoca analizar una prueba que a priori sólo tiene resultados negativos. Pero de todo se aprende, y tras comprobar algunas cuestiones, mi punto de vista es un poco más optimista.

Desde el principio era consciente de mi "corta" preparación para esta prueba. Haber estado limitado durante tantos meses por el tendón de Aquiles me había impedido entrenar la carrera a pie. No es una excusa, sólo un motivo para justificar que mi intención en la primera carrera era estar, siendo generoso" por debajo de 39´ en los 10kms. Quizá hizo mucho calor en Jaca, quizá salí con demasiada ropa, quizá mi proceso previo de hidratación no fue perfecto... El caso es que no hice mala carrera, teniendo en cuenta la situación actual, y me planté en boxes en 36´50´´, corriendo muy por debajo de lo esperado, en un circuito en el que mi GPS midió 9650m, pero analizando los tracks, ninguna trazada va exactamente por las calles de Jaca. En cualquier caso, buenas sensaciones iniciales.

Primeros kms de carrera a pie por Jaca
Al subirme en la bicicleta me sorprendí viéndome rodeado de deportistas que esperaba que estuvieran mucho más adelante. En el primer km cogía a Javi Castro, que se descolgaba nada más salir de Jaca, y yo me iba por delante con seis deportistas con un nivel claramente mayor que el mío. Como una exhalación pasaba a nuestro lado Iker Rozas (que acabó 7º de la general), mientras nosotros marchábamos a un ritmo "asequible" para ir a rueda, pero para mí muy forzado teniendo en cuenta el terreno inicial. Ya desde el inicio noté que el segmento de la bici se me iba a atragantar, pero no sabía cuanto!!



Al pasar por Castiello la grupeta había aumentado a 8. Entre otros, reconocí a Raul Casañas, que en su primera participación en un triatlón (www.primertriatlon.com - web muy recomendable y divertida) estaba demostrando que tiene un gran potencial en este deporte. El ritmo seguía vivo. Una mirada atrás, y de lejos todavía, la silueta de un gran grupo. Había que tomar decisiones importantes, y justo en las rampas previas a Villanua decidí descolgarme para esperar al gran grupo e intentar meterme detrás. Opción correcta, pocos kms después absorbíamos de nuevo a los integrantes de mi grupeta. Así, en un pelotón en el que fácilmente íbamos 50 personas, superé los tramos de Canfranc hasta llegar a Canfranc Estación. Mucha gente conocida a mi alrededor, Javi Castro, Imanol Etxarri, Sebastiá Catlla, Xabier Cadena... Una muy buena compañía si conseguía llegar así a Candanchú, conocedor del nivel de esquí de cada uno, y las posibilidades potenciales de mi segmento final.

Pero al salir de Canfranc Estación todas las tácticas de carrera se acabarón. El primer calambre, creo que en el gemelo izquierdo, me detuvo durante el tiempo justo para perder el grupo. Y cuando quise arrancar para volver a meterme en cola de pelotón, fue la otra pierna la que petó. Pensé que sería momentáneo, que si relajaba un poco y continuaba a mi ritmo, mucho tiempo no podría peder en esos últimos kms de puerto. Pero todo fue a peor. En pocos minutos los calambres comenzaron a generalizarse: cuadriceps, musculatura isquiotibial, gluteos, espalda, gemelos... Los hachazos musculares empezaban a ser insoportables, y sobre todo limitantes. Bajé el ritmo al mínimo, olvidándome por supuesto de la competición, y pensando ya sólo en acabar. Al paso por Rioseta, el descanso en la curva me hizo pensar que todo había terminado. Pero de nuevo, en el puente del Moro, a la vez que me pasaba una de las chicas a las que había adelantado unos kms antes, volvían los calambres en ambas piernas. Así llegué hasta superado el tramo de Piedras Rojas, donde totalmente arrugado, tuve que parar en la cuneta a estirar. Mirando los registros del buje de Powertap, la primera parada fue corta, apenas 2´. La segunda, muy pocos metros después, mucho más larga, algo más de 5´. Agarrado a una señal de tráfico, y con la esperanza de que en el esquí me pudiera ir mejor, acabé de subir el último km hasta Somport. Tiempo total del segmento de la bicicleta: 1h37´41´´, según el Joule. Datos tristes de potencia: 195w/med y 210w de normalizada, para un 3,0 w/kg. Muy lejos de los resultados competitivos esperados.


Primer calambre. Pierdo el grupo y con dificultad sigo pedaleando!!
Lo curioso son los tiempos de otros participantes. Por ejemplo, Juan Carlos Apilluelo, (3º en la general) que entrenando unas semanas antes en el circuito había subido en 1h20´, en la competición se fue hasta 1h29´ (tiempo que yo había hecho también hacía unas semanas entrenando con Carlos Fernández, de Mayencos) Está claro que la prueba fue dura, que sopló bastante aire, y que el desgaste de la primera carrera pasa factura. Pero mi pronóstico personal de hacer 1h20´en la subida el día de la competición no lo cumplió ni Jon Erguin (1º en la general y mejor parcial de ciclismo), que acabo con 1h21´. Evidentemente, me equivoqué planteando estos tiempos!!



Por fín, llegué al esquí de fondo, a priori, mi deporte!!. Pero ya era demasiado tarde. Las piernas habían dicho "basta" hacía mucho tiempo, y yo sólo me limitaba a no escucharlas. En los 10kms de esquí tuve que parar en innumerables ocasiones, para estirar, para reponer fuerzas, para relajar tras un nuevo calambre... Que impotencia!!!! Agradezco mucho los ánimos de la familia (Carlos, Begoña y Rubén) y los conocidos que empujaron durante toda la competición. Pero muy imposible hacer nada!. Al final, ni el puesto ni el tiempo tienen importancia, aunque para ser justo, he de decir que una 74º plaza en la general me ha costado varios días sin poder prácticamente caminar. Más de 45´ por encima del tiempo previsto, y la preocupación de no encontrar una explicación coherente al problema. Aunque en realidad creo que el principal motivo es la falta de entrenamiento y la osadía por intentar estar como hace unos años. Pero eso volverá, con el tiempo y la constancia!!

Descansando en cualquier bajada. Pensando sólo en llegar a meta!
Me gustaría felicitar a todos los que acabaron, por delante y por detrás. El tema de los calambres se escuchó mucho en cada pequeña tertulia. Vuelvo a pensar que la temperatura, que en pulsómetro marca de media 13ºC, fue excesivamente alta. Y yo personalmente salí demasiado abrigado!













Entrada en meta
Mi entrada en meta no pudo ser más dantesca. Gracias a Mariano Marcén conseguí quitarme los esquís. Con las piernas totalmente agarrotadas, me tumbaron en una manta hasta que los calambres fueron remitiendo poco a 
poco. Después de un buen avituallamiento, empecé a moverme de nuevo, para recoger el material. Y desde el sábado hasta hoy mi vida se resume en dos palabras: sueño y dolor!! Pero no me voy a quedar con eso, está claro! Es evidente que necesito meter más volumen de trabajo si quiero hacer pruebas que superen las 2h de competición. Así que ese es el siguiente objetivo, el de siempre, el que realmente me hace sentir bien, el que cada día me lleva a dar un paso más: entrenar!!

2 comentarios:

  1. Solo puedo decir, que GRANDE!
    Un cuñao orgulloso.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Carlitos!! Primero, por estar ahí, ya que gracias a vosotros pude participar en la prueba, mientras cuidabais a Rubén. Segundo, por ser incondicional apoyo en mis retos y aventuras. Tercero, porque sabía que llegaría a meta, más o menos petado, pero ahí estaría mi familia con una sonrisa de oreja a oreja, como si hubiera ganado! Ahora te toca dar el paso y atreverte con el triatlón de promoción de Madrid!! Sólo con que lo intentes, yo también seré "cuñao orgulloso"!!

    ResponderEliminar